En la Biblioteca Nacional de Maestros se intervino en la sala de lectura, ubicada en el centro del edificio, más el sector directivo y técnico en el ala norte, y en el centro de documentación y depósitos de libros en el subsuelo del ala sur del mismo.

Al recorrer la obra, es posible reconocer en el proyecto una secuencia que va desde el ingreso a un hall azul, poblado de pantallas de madera inclinadas, “como páginas de libro abierto que señalan el acceso al fondo, o brindan información, o se anuncian como ventanas de la nueva hemeroteca”.

Una nueva abertura, pequeña y vidriada, como lente amplificador, muestra desde el hall la meta de la visita: la sala de lectura.

Un panel de madera revela la puerta de acceso a la sala de lectura de planta baja, y una escalera conduce a la entrada de la sala de investigaciones, que se encuentra en la alta.

La caja con perforaciones cuadradas muestra y a la vez oculta los libros.

Del recinto de libros, se pasa al de los lectores. Espacio central de doble altura, rodeado por un deambulatorio compuesto por cúpulas sostenidas por columnas de fundición.

Vinculando los dos niveles de la sala de lectura, una escalera caracol surge como único objeto moderno en la sala.

La obra se completa con la reestructuración del sector directivo y de procesos técnicos y con la ampliación de los depósitos de libros en el subsuelo.