La Facultad de Derecho de la U.N.C. se ejecutó sobre un reciclaje y obra nueva (4500 m2) en 1991-1995.

La segunda etapa de la Facultad en su expansión sobre calle Independencia, se ejecuta sobre un terreno interconectado con la primera etapa inaugurada en 1995.

Así como la primera partió de una casa existente que se encontraba colapsada y se rehabilitó, restauró y recicló en su primer patio, y se completó en su parte posterior por un pasaje vidriado, claustro horizontal verticalizado por una escalera, auditorio y plaza de encuentros entre unas 20 aulas, ésta nueva ampliación se hace sobre condiciones equivalentes.

La compra de un predio de 20 mts. en la parte posterior con salida a la calle Independencia, paralela a Obispo Trejo, ocupada por una droguería (Bulasio) en planta baja y la casa del propietario erigida en el primer piso sobre ella (con una tipología de casa patio) toda ella en una propiedad de 10 mts. y la incorporación de una parcela baldía contigua, todo ello dio origen al partido.

El mismo se propone continuar la idea de pasaje vidriado, de calle pública que atraviese toda la manzana al conectarse con el primer edificio de la facultad. Cuatro niveles de aulas recostadas sobre la medianera.

Las aulas se abren hacia la buena orientación norte, que se cierra con una caja muraria como muro cortina de aluminio y vidrio color humo.

A las aulas se accede por halles terrazas vinculadas entre sí por escaleras. Todas ellas ejecutadas en acero y vidrio esmerilado en piezas laminadas (de 16 mm.).

El callejón de luz dinamizado por las circulaciones, se extiende entre el muro de vidrio y el de ladrillo irregular y texturado de la medianera de la casa (limpiada de revoque).

Una plaza de piedra vincula la primera y segunda etapa, a la vez que se prepara para alojar una torre elíptica de biblioteca.

La casa aloja las secretarías de la facultad que abren sobre el pasaje, así como cuatro aulas grandes que surgen de la compartimentación de la vieja y amplia droguería a las que se acceden desde este eje circulatorio.

Un lenguaje minimalista y racionalista caracteriza la expresión del nuevo conjunto. La fachada sobre calle Independencia exhibe una suerte de espadaña que articula la fachada de la casona, puesta en valor, restaurada y reusada con el ex-terreno baldío y que anuncia la naturaleza pétrea y abierta del circuito interior.